La peña Mugarra (964 m), es un monte situado en la comarca del Duranguesado, en Vizcaya. Su bella figura es visible a gran distancia, con una cara sur espectacular, casi cortada a cuchillo. Es un monte muy visitado por los montañeros vascos y se encuentra en el Parque Natural de Urkiola.
Hace una mañana heladora, llueve suavemente y han caído algunos copos de nieve en las cimas. Me veo que nos tenemos que dar media vuelta al llegar a Mañaria.
Al llegar a Castro, la mañana parece que va levantando y por lo menos ha dejado de llover. Seguimos en carretera hasta llegar a Mañaria, pequeña localidad vizcaína rodeada de altas montañas y situada en las primeras rampas del puerto de Urkiola.
Desde Mañaria hasta el Mugarra se sube sin ninguna dificultad, es una corta ascensión, aunque con unas buenas rampas. Aparte del Mugarra teníamos previsto subir a las cimas cercanas de Artatzagone y Leungane.
Subimos por una pista empinada hasta llegar al collado de Mugarrikolanda (768 m.). La niebla nos está esperando unos metros más arriba y la sensación térmica baja en caída libre.
Abandonamos el collado para subir por la cara norte del Mugarra. El suelo luce una pequeña capa de nieve en polvo caída en la noche. La subida no presenta gran dificultad, es algo técnica con pequeñas trepadas, pero la nieve y algún tramo con hielo la hace un poco más complicada. Miedo me da la bajada entre las piedras calizas, nos la tomaremos con calma.
Pausadamente vamos llegando a la cima del Mugarra, totalmente rodeados de una espesa niebla, nos impide ver las vistas desde la cima, una pena porque me aseguran que merece la pena. La foto en la cima no puede fallar, muy amablemente nos la sacó una pareja de montañeros de los muchos que subían y bajaban en el transcurso de la mañana.
El frío nos obliga a dejar la cima del Mugarra, muy tranquilamente y asegurando la pisada vamos bajando hasta llegar nuevamente al collado. Los resbalones nos dieron algún que otro susto, nada importante por suerte.
Llegados a Mugarrikolanda nos toca decidir, seguimos subiendo a las otras cimas o descendemos de nuevo a los coches. Nos acercamos a la fuente de Mugarrikolanda para reponer fuerzas y dar tiempo para ver si la niebla abandona las cimas.
Buena capa de hielo presenta el pilón, Saika aprovecha a divertirse con el hielo, a esta perra no le afecta el frío.
La niebla no quiere abandonarnos y decidimos bajar a los coches, para desplazarnos hasta Urkiola y comer en el refugio que se encuentra al lado del Santuario.
La Peña del Mugarra se ha mostrado esquiva y nos ha jugado una pesada broma. Cuando llegamos a los coches se levanta la niebla y luce el sol, iluminando sus verticales paredes. Otra vez la montaña se ha burlado de nosotros, ¡nos la ha vuelto a jugar!. No podemos hacer otra cosa que encajar el golpe y esperar a otra ocasión.
Seguimos con los nuevos planes y comimos a resguardo en el refugio de Urkiola. Aunque el frío seguía con nosotros, sin duda fue el amigo pesado de la fiesta, ni con la sopa caliente de Marian, ni con el café hirviendo de Javi nos dejaba en paz. Hartos de su fría compañía, al final le abandonamos con el segundo café en el cercano bar. Por fin los dientes dejan de castañetear y el color vuelve a nuestras mejillas.
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