La sierra de Hornijo, es un gran macizo calcáreo, lleno de garmas y paraíso de espeleólogos debido a la gran cantidad de cavidades y simas que existen en este gran macizo. El macizo de Hornijo separa los valles de Soba y de Ruesga y tiene como cumbre principal a el Mortillano con 1411 m. de altitud, seguido de Rocías 1338 m. y Hornijo con 1258 m., no nos podemos olvidar del Pico San Vicente, que aunque con menos altitud su figura es imponente desde Ramales de la Victoria.
Nuestra ruta programada tenía como cimas principales Hornijo y Mazo Grande o Mazo de San Pedro, ruta circular que parte desde el pueblo de San Pedro, situado a las mismas faldas del Hornijo en el valle de Soba. Teníamos intenciones de ir cresteando desde Hornijo al Alto del Crucero y luego subir al Mazo Grande, pero la espesa niebla y el desconocimiento del terreno lleno de garmas y muy peligroso con la piedra mojada, nos obliga a no hacer locuras.
Nos conformamos con subir a Hornijo y dejaremos para otra ocasión realizar las dos cumbres, lo mejor es bajar a San Pedro, el termómetro desciende a la misma velocidad que nosotros buscamos refugio ; una vez en los coches decidimos ir a un bar de la cercana población de la Gándara, donde muy amablemente nos dejaron comer nuestros bocadillos al calor de la calefacción, no era día de comer a la intemperie.
El tiempo no perdona, habrá que buscar mejor ocasión.
Nuestra ruta programada tenía como cimas principales Hornijo y Mazo Grande o Mazo de San Pedro, ruta circular que parte desde el pueblo de San Pedro, situado a las mismas faldas del Hornijo en el valle de Soba. Teníamos intenciones de ir cresteando desde Hornijo al Alto del Crucero y luego subir al Mazo Grande, pero la espesa niebla y el desconocimiento del terreno lleno de garmas y muy peligroso con la piedra mojada, nos obliga a no hacer locuras.
Nos conformamos con subir a Hornijo y dejaremos para otra ocasión realizar las dos cumbres, lo mejor es bajar a San Pedro, el termómetro desciende a la misma velocidad que nosotros buscamos refugio ; una vez en los coches decidimos ir a un bar de la cercana población de la Gándara, donde muy amablemente nos dejaron comer nuestros bocadillos al calor de la calefacción, no era día de comer a la intemperie.
El tiempo no perdona, habrá que buscar mejor ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario