miércoles, 12 de mayo de 2010

El Karst de la Piluca (09-05-10)


El día amanece con viento sur y con las nubes cubriendo parcialmente el cielo, parece que hoy vamos a tener suerte. Gracias a este viento el suelo está seco y esto nos viene muy bien por el recorrido que vamos a trazar.
Hoy nos vamos a el municipio de Ruesga a realizar el karst de la Piluca, se trata de un recorrido marcado como sendero de pequeño recorrido PR-S12. Es una ruta que no entraña peligros y se hace bien en una mañana, ideal para nuestros planos de ir a comer a casa (o eso pensaba yo...)


Partimos de Matienzo (pueblo situado en el mayor poljé de Cantabria), con ánimo de subir a el alto de la Piluca o las Porras (676 m) que es una modesta cima pero con unas vistas excelentes. Primero por carretera, luego por pistas y al final entre piedras y hierba coronamos esta pequeña cima. Unas barritas y algo de fruta nos reconforta y empezamos la bajada con vistas al valle de Ruesga y con la mole de Rocías altiva y desafiante a unos centímetros de nuestros dedos. 

La primavera avanza y cubre los campos y el monte de un verde intenso con miles de tonalidades, el brezo en flor despide una deliciosa fragancia, todo es una explosión de vida, un renacer del frío invierno, es sin duda la mejor época para disfrutar del monte, un verdadero reto para nuestros sentidos que no pueden abarcar tantos aromas y sonidos.

Bajando por la vertiente sureste nos encontramos metidas en los hoyos a unos buenos ejemplares de hayas ofreciéndonos rincones de ensueños.


El tiempo sigue en su discurrir y se nos echa la hora encima, hay que bajar deprisa si queremos ir a comer a casa. 
Ya casi llegando a Matienzo Ana nos dió el pequeño susto de la jornada, todos conocemos su afición de tocar a todos los animalitos que nos cruzamos por el camino en especial a los burros y a las vacas, que en esta ocasión ofrecían unas ubres cargadas de leche.


Esta vez su afición le jugó una mala pasada y al acercarse para acariciar a uno de estos curiosos animalitos, cedieron las piedras raspándose la pierna con los alambres de espino, que le dejaron su particular marca.





Todo quedo en un pequeño susto y un mal rasponazo que curaron acertadamente Pili O y Javi. En apenas media hora llegamos al pueblo y nos fuimos a casa acompañados de nuestros amigos.

Pero la jornada no acaba aquí, me esperaba una grata sorpresa ofrecida por unos compinchados amigos y compañeros de rutas, estos habían trazado una genial trama para ofrecernos una sorpresa a los cumpleañeros (Javi, Bego, José y Yó). No cabe duda que van mejorando. Una jornada que termino en fiesta, con deliciosos manjares, buen caldo, cantos, risas y una maravillosa queimada ofrecida por José. 

Sin duda que tenemos mucha suerte y es un todo un privilegio tenerlos como amigos y compañeros de fatigas, y es que son muy buena gente.

Aquí toda la genial trama del evento (aviso, no tiene desperdicio).


También os dejo las fotos de la ruta y el track del GPS.


  1. Fotos de la Ruta.
  2. Track del GPS.


1 comentario:

  1. Me gustaría saber hasta donde te olías el pastel, je, je. Porque algo te olías, ¿no?


    Bonito día, y bonita fiesta ... una gran combinación!

    Javi.

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