Supongo que no soy nada parcial al hablar de estas formaciones rocosas. Que puedo decir de estas bellas cumbres, si me despierto con sus bellas siluetas recortadas en el cielo. Las he fotografiado cientos de veces; es nuestro lugar de paseos matutinos y vespertinos; he contemplado el discurrir de las estaciones en su bella piel rocosa; piel salpicada de pastos, escajos y pequeñas zonas boscosas.
Me he sobrecogido con su voz más atronadora en los días de tormenta…
Y a la vez me he deleitado con su cara más bella, cuando pasa la tormenta y nos ofrece un maravilloso arco iris.
Posiblemente no sean las montañas más altas, ni la más bellas. Pero recorrer esta sucesión de picos es una de las tareas más gratificantes para un aficionado a la montaña.
Geológicamente son una sucesión de afloraciones kársticas, dos de estas afloraciones son conocidas como las Tetas de Liérganes (Marimón y Cotillamón). Esta última pertenece a Rucandio, en el término municipal de Riotuerto.
En la vertiente sur del macizo nos encontramos con el Pico Levante, Peña Coba es la cima más alta de estos picos.
Salimos de Rucandio, como no podía ser de otra manera. Subimos por la pista que tantas veces hemos recorrido, la que se dirige al mirador de Pitas, justo debajo de Cotillamón. Desde este mirador ya podemos ver todo Liérganes, Peña Cabarga, la Bahía de Santander, la isla de Mouro, etc.
Empezamos por el pico de Cotillamón, para seguir por Marimón, siguiendo la cresta pasamos por San Piro. Dejamos la cresta y nos desviamos a la derecha para subir al pico Levante.
Volvemos a la cresta para seguir disfrutando con las trepadas por la peña Redonda, pico Largo, Peña Coba, …
Es un terreno muy kárstico, con formaciones rocosas muy curiosas, piedras puntiagudas como cuchillos, rocas que desafían la gravedad.
No nos engañemos, es un terreno difícil donde un mal paso nos puede dar un buen susto, tenemos que ir buscando la mejor forma de subir las peñas, buscando la mejor trepada. Aunque reconozco que los niños “están en su salsa” trepando por las rocas.
Seguimos recorriendo peñas, hasta bajar por uno de los muchos hoyos que existen en las entrañas de estos picos. Bordeamos la mies de la LLama, para bajar de nuevo a Rucandio.
Nos lo hemos pasado en grande saltando de piedra en piedra como las cabras, esquivando grietas y trepando por las rocas puntiagudas.
Espero que disfrutéis de las fotos.