lunes, 30 de agosto de 2010

Cucayo. Circuito por las cumbres de Riofrío


Después de realizar un pequeño paseo por tierras manchegas, volvemos a casa y a nuestra actividad en tierras más verdes y por relieves más abruptos. La ruta que nos ocupa, es una ruta de las que quería realizar Ana, desde hace más de un año, tengo que decir que las rutas que propone Ana, no quedan en el olvido, como la de “Cueto las Vacas”.
Esta es una ruta que hay que guardar en la memoria, de las que se escriben con mayúsculas. Ofrece un bello recorrido, con grandiosas vistas a las cumbres de Fuentes Carrionas, los Picos de Europa y a la comarca de Liébana en particular, ofreciendo unos rincones hermosos y poco visitados.
Empezamos la ruta en el pueblo de Cucayo, un remanso de paz a casi 1000 m. de altura, final de la carretera que parte desde Vega de Liébana, carretera que discurre por unos lugares cautivadores y muy hermosos, esta enseguida va ganando altitud, atravesando las entrañas de la roca hasta llegar a este pueblo tan lindo.
Hoy es un día excesivamente caluroso, empezamos a subir por la pista que se dirige a los puertos de Riofrío, y el calor nos azota desde los primeros pasos. Vamos adelantando camino y el valle se abre ofreciendo una maravillosa postal.
 
Llegamos a los puertos de Riofrío, descansamos y saciamos la sed, mientras tanto contemplamos la cima de Peña Prieta y los verdes prados de los puertos. Ahora cambiamos de dirección siguiendo la alambrada que recorre la cresta de estas cumbres y que culmina con la cumbre del pico Lezna.
La primera cumbre en visitar es Cotero Hierbas Dulces, desde aquí contemplamos a las vacas en su actividad, muy pausada por el tremendo calor.
Seguimos cresteando, ahora pasamos por la cima de Cotero Pelis, luego por Peña Quebradora. Esta peña empieza a ofrecer un buen mirador a los macizos de Picos de Europa. Pili descansa cautivada por el perfil de dichas cumbres.
Una vista de la cresta que nos queda por recorrer hasta llegar al Pico Lezna.
Los pies se pegan al suelo, hace demasiado calor y aunque hemos traído gran cantidad de agua, esta se va acabando. En el collado del Rincón, pasado el Pico Pumar, decidimos dejar las mochilas para atacar el Pico Lezna, el calor nos está agotando más rápido de lo previsto y tenemos que guardar fuerzas, todavía nos queda mucha jornada por delante. Sin el peso de la mochila avanzamos, aunque con menos celeridad de lo previsto, sin duda que nos esta pasando factura el calor reinante. Por fin llegamos a la cima, y nos reciben una legión de insectos, que se ceban con nosotros y no nos dejan ni sacarnos la foto en la cima. Desde aquí las vistas mejoran, casi podemos tocar la cumbre del Curavacas al otro lado de los Puertos de Pineda, los Picos de Europa están algo más lejanos, aunque con el zoom de la cámara no lo parece.
Sedientos bajamos hacía donde hemos dejado las mochilas. El viento, aunque caliente se agradece pero unido al sol y a la falta de sombras nos deshidrata con tremenda rapidez y nos obliga a beber continuamente. Reponemos fuerzas, descansamos unos minutos y volvemos a ponernos en marcha, todavía nos queda subir la cima del Bistruey, aunque empezamos a dudar de nuestras fuerzas.
Ahora es bajada, bordeamos el Pico del Tejo buscando el collado Aruz, la cima del Pico Bistruey ya la tenemos más cerca.
Ahora viene lo peor, hay que volver a subir lo bajado y tenemos las fuerzas muy justas. Empezamos a subir, las piernas no responden y tengo que parar cada pocos metros, beber, y volver a subir otro tramo. En una lenta y asfixiante agonía, Ana y Yo vamos sumando metros hasta que  llegamos a la cima, donde nos esperan los demás. Unos trozos de piña natural traídas por Javi, nos hace revivir y recuperar el aliento. Descansamos y apuramos la poca agua que nos queda, apenas nos queda para la bajada ni medio litro para los cuatro. Una vez descansados nos toca la foto de grupo.
Cansados y con pocas ganas de buscar caminos, bajamos por la ladera abajo hasta el Collado de la Muñeca, desde donde bajamos a la Vega de la Peña el Cuadro. Como en un espejismo vemos un pilón a los pies de una cabaña, y para allá que nos lanzamos. La primera en llegar y meterse fue Saika, los demás nos conformamos con refrescarnos, y los más atrevidos saciamos la sed llenando las cantimploras con la rica y fresca agua que sale de la manguera, para beberla en un abrir y cerrar de ojos. Como si fuera un fuerte estimulante, la energía va volviendo a las piernas.
El sol está muy bajo y algunas nubes aparecen en el cielo, ofreciéndonos un respiro y unas bonitas fotos.
Cuando llegamos de nuevo a Cucayo, el sol solo se hacía notar en las cumbres más altas. Con las últimas luces nos vamos a tomar algo fresco. Entrada la noche tomamos el camino de vuelta, cansados pero satisfechos. Hemos echado a nuestras espaldas una ruta de más de 24 km., realizada en uno de los días mas caluroso del verano. Como diría Obelix: “Están locos estos romanos”…

Para ver las fotos o descargar el track para el GPS, pinchar en el icono correspondiente.


                        

Ha sido una jornada muy, muy completa y agotadora.

2 comentarios:

  1. ...Como era eso de..."sarna con gusto no pica"...

    Pues eso un dia completo.

    Me gustan las fotos que has hecho a las nubes.

    Saludos

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  2. Coincido con Pili.O, la foto de las nubes me gusta mucho. :).

    El día caluroso. Menos mal que hacía algo de viento, que si no ...

    No me importaría repetirla en otra ocasión, cuando tengamos la presente medio olvidada. ;)


    Javi.

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