sábado, 18 de septiembre de 2010

El Cornón de Peña Sagra desde Somaniezo

El Cornón de Peña Sagra, es la cima más elevada de la sierra de Peña Sagra. La sierra de Peña Sagra es un curioso cordal de cumbres que se encuentra íntegramente en territorio Cántabro, discurre en dirección NO a SE, y muchas de sus cumbres superan los 1800 m. de altitud.
Varias son las rutas para subir a esta curiosa cumbre de conglomerados. La más común y sencilla por San Mamés, en el valle de Polaciones. Por Liébana se sube desde Somaniezo, algo más dura y vistosa. Por último desde San Sebastián de Garabandal, la ruta menos frecuentada y con mayor dureza.
Nuestro recorrido empieza en Somaniezo, pequeña y hermosa localidad lebaniega, apartada del trajín de las localidades del fondo del valle, en Somaniezo se respira tranquilidad y sosiego. La carretera acaba en sus pies, sin atravesarlo, sin mellar su belleza.
El día esta cubierto y la mañana está fría. Las nubes a unos metros más arriba de nuestras cabezas nos amenazan con no dejarnos disfrutar de las vistas desde la cima. No nos desanimamos y empezamos a caminar, puede que abra en el transcurso de la mañana.
Atravesamos la localidad y un cartel nos indica el camino a tomar, al final del pueblo atravesamos una zona de Nogales, que dejan caer sus frutos al camino, los aprovechamos, nos vendrán bien más adelante. La pista avanza y gana altitud por una zona boscosa, la niebla se deja caer por las laderas cubiertas de vegetación, acaricia las copas de los árboles y los cubre con su húmedo manto.
La pista gana altitud muy rápidamente, algunos tramos tienen una considerable pendiente. El agua y la vegetación son los reyes de estos valles, la pista atraviesa riachuelos que llevan su agua con celeridad al fondo del valle. Por suerte la niebla va subiendo con nosotros y de momento no la hemos atravesado.
Según vamos ganando en altura, el bosque cede sus dominios a zonas más herbosas, ahora el helecho, el brezo, la retama y los verdes pastos cubren el suelo que pisamos.
Seguimos avanzando y tenemos a la vista la ermita de la Virgen de la Luz, sus paredes ofrece morada a “La Santuca”, patrona de Liébana. La Santuca es bajada a Somaniezo el 24 de Abril, al día siguiente la trasladan a Aniezo y el 2 de mayo la bajan en procesión hasta el Santuario de Santo Toribio, por la tarde la vuelven a llevar a Aniezo. Esta es considerada la procesión más larga de España.
Descansamos a los pies de la morada de La Santuca, la mañana está muy fría, el viento es gélido y tenemos que abrigarnos. Inmortalizamos la estampa y nos ponemos en camino. Ángel, tiene una pierna tocada y se queda, es mejor que no avance más. Le dejamos con la grata compañía de Henar y Ana. Nos veremos a la hora de comer, donde nos ofrecieron una bonita sorpresa.
La niebla ha seguido subiendo, pero se ha quedado agarrada a las cimas de la sierra. Aún así no abandonamos, tal vez esperando un golpe de suerte. Pasamos un una zona de grandes bloques de conglomerado esparcidos por la ladera herbosa, me recuerdan a los “Cantos de la borrica”, a los pies de los no muy lejanos puertos de Sejos.
Ahora la senda avanza hacia la cumbre, el desnivel es muy fuerte y el paso más corto. Avanzamos adentrándonos en la niebla, que se niega a dejar las cumbres. Llegamos a los pies del Cornón, dejamos la hierba para intentar avanzar por los bloques de conglomerado. Los primeros resbalones nos avisan que no es el momento adecuado de atacar los últimos 30 m. de desnivel que nos separan de la cima. Esta cima es muy peligrosa con el piso mojado y no tenemos ganas de complicarnos más de lo debido. En su lugar subimos por la hierba hasta un pequeño collado a los pies del Cornón que da vistas al valle de Nansa. La niebla viene y va, y entre jirones, iluminada por el sol, se distingue la localidad de San Vicente de la Barquera, pero como en un espejismo desapareció de nuevo en otro avance de las nubes.
Poco más podemos hacer aquí, bajamos por el mismo camino en busca de los demás. Una mirada para atrás y nos ofrece un Cornón despejado, pero es un mero instante en nuestras retinas, apenas unos minutos para dejarse ver, su esquiva figura vuelve a desaparecer por la persistente niebla.
Abajo la niebla abandona sus dominios, como un amante que alarga su brazo para tocar con sus dedos las puntas de los dedos de su amada, se van elevando en pequeños rasgones por el cielo.
Un poco más abajo de la ermita nos esperaban Ángel, Henar y Ana. En una edificación a modo de cuadra con un refugio superior, nos esperaban con la lumbre encendida y la mesa puesta. Todo un lujo que se agradece en un día no muy caluroso. Pronto nos acomodamos y compartimos una agradable comida, probando los deliciosos quesos que trajo Ana de la vecina Portugal.
Pero lo bueno acaba pronto y tenemos que volver. Remolones vamos recogiendo el lugar y apagando el fuego. Pesadamente nos ponemos en camino, una larga pista de bajada nos espera de vuelta a Somaniezo, pero se hace menos pesada cuando se va en buena compañía, charlando y alimentando semana a semana una agradable amistad.
Llegamos a Somaniezo, fue una pena no poder tomar algo en tan bella localidad, al final tomamos el café en Ojedo. De camino a casa paramos en La Hermida, para preguntar por la reciente vía ferrata inaugurada en la localidad. Esa será otra aventura que probar.
Como es habitual las fotos de la andanza y el track para no perderse con la niebla.

               

Observación: El track de la ruta es de solo subida, por lo tanto la distancia total es el doble de lo que indica el track. Como se puede contemplar no llega hasta la cima del Cornón, aunque unos hitos y unos círculos amarillos indican perfectamente el pequeño tramo que nos quedó por subir.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Socueva-Mosquiteru-Porracolina


Hoy es fiesta en Cantabria, es el Día de Cantabria y se celebra en el Santuario de la Bien Aparecida. Día de peregrinaje para muchos cántabros, llegan al santuario desde diferentes lugares de la geografía Cántabra para venerar a la patrona de la región.
Nosotros este año hemos aprovechado la ocasión para realizar una tercera aproximación al Porracolina en lo que va de verano. En esta ocasión desde Socueva, pero antes pasaremos por el Mosquiteru, que por cierto, ya sabemos el porque de este nombre, ya lo descubriréis más adelante…
En vez de partir desde la capital del mundo, Arredondo, decidimos quitarnos los 2,5 km. de carretera y empezar la subida desde la localidad de Socueva. La primera idea era conocer el Mosquiteru, pero el día tan magnífico que ha amanecido lo podríamos aprovechar para acercarnos al Porracolina, y de paso conocer la subida para futuras rutas.
Empezamos a caminar por una pista en dirección a la Iglesia Rupestre de San Juan, posteriormente la dejaríamos a nuestra derecha, dejaremos su visita para la vuelta. Seguimos subiendo y al poco tiempo abandonamos la pista para avanzar por un camino empedrado. El camino serpentea entre piedras y helechos, ganando altura hasta un cercano collado. Al otro lado del collado tenemos las cabañas de Buzulucueva.
Aquí el camino nos da un respiro antes de  adentrarse en una zona muy agreste, entramos a los dominios del lapiaz. Rodeamos el impresionante Hoyo Cojoso por el oeste. El camino se cierra, las altas hierbas lo cubren y complica mucho el avance ya de por si duro.
Las zonas de lapiaz y de garmas son difíciles de superar, pero esconden rincones mágicos y asombrosos. Las hayas nacen de las piedras, las piedras forman miles de figuras que alimentan la imaginación, el suelo desaparece en profundas simas. Estos lugares  parecen restos de otros mundos o de épocas remotas de la tierra, cuando los hombres no caminábamos por su corteza.
Pasado el interminable lapiaz nos acercamos al Alto de la Musquía,  antes de llegar al alto nos encontramos con una señal en una roca que nos indica  la dirección de la Sima del Cueto, una de las mayores cavidades de España. Llegados al alto, contemplamos las vistas del valle de Asón, las cercanas Peñas Rocías y los Porros del Mortillano. Giramos a la izquierda para subir las rampas herbosas del Mosquiteru, que se van empinando según vamos llegando a la cima. Curiosa la cima del Mosquiteru, por un lado rampas herbosas, por el otro grandes cubos de piedra forman una cumbre muy peculiar.
Como dije más arriba, en la cumbre descubrimos el porque de su nombre, Mosquiteru. Oleadas de mosquitos, parecidos a hormigas de alas, moran en la cumbre. Se nos cuelan por todos sitios y con el sudor se pegan en el cuerpo. No les gusta que nos adentremos en sus dominios, solo cuando llegamos a las rocas nos dejaron un poco en paz.
Enseguida nos ponemos en marcha, es pronto y decidimos seguir hasta Porracolina. Avanzamos cumbreando y nos encontramos con una pequeña trepada, muy cómoda, la superamos sin problemas.
Más arriba las Peñas Gordas, desde aquí la pendiente se suaviza y prácticamente desaparece. Tenemos vistas en todos los puntos cardinales, al Norte la costa y las grandes poblaciones, al Sur el Alto Asón y Castro Valnera, al este Peñas Rocías y la sierra de Hornijo y al oeste las grandes cumbres de la sierra del Cordel, Peña Sagra y los Picos de Europa.
Descendemos al Alto de Pipiones donde saciamos la sed y llenamos las cantimploras en la fuente que nace a los pies del Porracolina. Solo nos queda subir a la cumbre y comer. Llegados a la cumbre otra comitiva de mosquitos nos espera, son pesados y nos obligan a sacar las fotos a la carrera y cambiar los planes de comer en la cumbre.
 
Lo mejor es volver a la fuente y comer cerca de ella, donde los mosquitos nos dejen en paz. Yo creo que es la visita más corta que hemos hecho a la cumbre del Porracolina.
La tarde esta bochornosa, se empieza a formar alguna nube, aunque no disipa el calor reinante.
Comidos y refrescados volvemos por nuestros pasos, una vez conocido el terreno la vuelta se hace más corta…
Y en poco más de una hora llegamos a la zona más complicada, el lapiaz. La hierba tapa el camino, el suelo por donde se pisa no se ve y hay que avanzar poco a poco, asentando cada pisada, evitando la caída que en estos terrenos puede ser fatal y muy dolorosa.
El bochorno crece según vamos bajando y el camino empedrado que baja por Cubillas del Aire se vuelve tremendamente pesado.
Dejamos la visita a la Iglesia rupestre para otra ocasión, es tarde y estamos cansados. Ya entrados en el pueblo recorremos las últimas curvas que nos llevan al coche. Unos ejercicios de estiramiento para recuperar las cansadas piernas y descendemos a Arredondo para tomar un merecido refrigerio.
Es hora de volver a casa, es tarde y hay que descansar.


FOTOS DE LA RUTA
TRACK PARA EL GPS             

domingo, 5 de septiembre de 2010

San Esteban-Tresviso por Colláu la Galabín.

 
Siempre es agradable volver a las calles de Tresviso y saborear el delicioso, aunque oloroso, queso Picón. En esta ocasión hemos elegido para acceder al pueblo una variante desconocida para nosotros. Partimos de San Esteban de Cuñaba, pero en vez de seguir el camino antiguo, por la senda denominada Pasá del Picayo, vamos a recorrer el sendero PR denominado AS-208 ó Senda del Pastor, que nos llevará Al Colláu la Galabín, desde aquí nos dirigimos a los Cantos de Galamería, para ir descendiendo por las faldas de la sierra de Cocón hasta llegar a Tresviso. Luego descenderemos por el clásico sendero de Urdón.
Después de solucionar la logística dejando uno de los coches en el desfiladero de la Hermida, empezamos a caminar en torno a las 10 de la mañana, tenemos un día delicioso, quizás demasiado bueno para caminar, el sol ya calienta y no corre nada de brisa. Empezamos el sendero cruzando un pequeño puente sobre el río San Esteban, el sendero va ganando altura siempre por el margen izquierdo del río San Esteban, estimando como sentido del río, aguas abajo. La senda está bien marcada y es fácil de andar, aunque el calor y la falta de viento nos complica un poco la subida.
Con un sol de plomo seguimos avanzando, volvemos de cuando en cuando la vista para ver el sobrecogedor espectáculo que ofrece la sierra de Cocón, decenas de agujas y pequeños picos de piedra intentan desafiar las leyes de la gravedad para alcanzar con sus puntas de piedra el cielo. La exuberante vegetación intenta colonizar a estos colosos de piedra y los cubre de verde, dejando a la vista solo las puntas de sus picos.
La senda sigue avanzando por las laderas de la Sierra Nedrina, sin apenas sombra, seguimos sufriendo la falta de viento y este sol que se empeña en azotarnos sin piedad. De vez en cuando aparece un pequeño bosquete de hayas, o alguna haya solitaria de gran tamaño que nos alivia un poco el calor reinante.
Llegamos de nuevo a la altura del río San Esteban, a la derecha tenemos las cabañas del Fresnu, tomamos esta dirección para subir al Collado la Galabín. La subida al collado no está muy bien marcada, pero no presenta excesivas dificultades. Es el momento de reponer fuerzas y beber agua. Unas vacas nos observan tumbadas en el verde prado. A nuestra derecha se eleva el pico Cabezas Vigueras, y al otro lado del collado, muy cerca tenemos el collado LLamea y más lejos Cueto las Vacas, Cabeza Legua y Cueto Salvoso.
Giramos a la izquierda para seguir una pequeña senda, que nos lleva al Collado las Retuertas. Ahora hay que seguir la línea de cumbres por el filo hasta llegar a los Cantos de Galamería. La vista se abre por todos los puntos cardinales. Ya tenemos muy buenas vistas de los tres macizos de Picos de Europa, la riega de Tajadura, las cabañas del Vierru, la sierra Nedrina
y todo el camino de subida desde San Esteban.
Seguimos en busca de la Collada Hermosa, para descender hasta llegar a una pequeña senda que atraviesa la Canal de Tresuba, a media ladera, tomamos como referencia unas cabañas en Tresuba. Cuidado con la bajada hasta encontrar el pequeño sendero, las laderas son herbosas y mojadas nos puede dar un buen susto.
Llegados a las cabañas, solo tenemos que seguir el camino que nos lleva a Tresviso, un poco más adelante se bifurca en dos, hay que seguir el ramal de la izquierda, el de subida, que termina por desgastar las pocas fuerzas que nos quedan. Llegando al alto con la lengua fuera, a la derecha parte un buena pista en el lugar denominado La Mesa. Esta pista se convierte en una terrible pista de hormigón, que termina por desguazar y sobrecalentar nuestros ya cansados pies.
Llegamos a Tresviso en torno a las cuatro de la tarde, sedientos nos abalanzamos a la barra del bar, un par de consumiciones de un trago, otro par de visitas a la fuente para refrescarse y seguir bebiendo. Calmada la sed, a degustar un merecido trozo de queso picón, uhhhhh… que delicia.
Una vez descansados y retomadas las fuerzas, bajamos a buen ritmo el camino que nos lleva a Urdón.
Una ruta por el macizo nororiental de los Picos de Europa de gran belleza, es un camino algo más largo para llegar a Tresviso, pero merece la pena recorrer estas cumbres que separan dos pueblos de gran riqueza paisajísticas, además nos ofrece muy buenas vistas a las cumbres de este macizo, también a las cumbres de sus hermanos mayores: Oriental, Central y Occidental. Ruta exigente pero muy recomendable, siempre con buen tiempo y lejos de nuestra peor enemiga…la niebla.
Os dejo unas fotos de estas tierras y el track del GPS.

                       
Ir Arriba