Este año parece que el invierno se ha adelantado, después de un mes de noviembre particularmente frío y lluvioso, los primeros días de diciembre no se quedan atrás, los temporales pasan unos detrás de otros sin descanso. El paso del último temporal nos ha dejado una estampa invernal. Todas las cumbres visten sus galas blancas, desde Peña Cabarga hasta las grandes alturas de Picos de Europa. Como en un adelanto de la navidad, Cantabria cambia el manto verde por el de color blanco.
Hoy estamos en el ojo del huracán, donde reina la calma. Hoy nos ha dado un respiro el temporal, con un día claro y luminoso. No podemos perder la ocasión de visitar nuestra little Switzerland Cántabra. Mañana nos volverá a envolver el huracán y no se puede desaprovechar la oportunidad de pisar la nieve virgen.
Cuando el pueblo se empieza a desperezar, ya tenemos las mochilas con las raquetas al hombro. Mientras avanzamos entre las casas, nuestros vecinos del barrio de Arriba pensarán “Donde van estos con la helada que está cayendo”.
Subimos a buen ritmo la pista que nos lleva al Alto de Brenas, pese al frío matinal, enseguida empezamos a entrar en calor. La nieve está mas alta de lo que esperábamos y la ansiedad por ponernos las raquetas se acrecienta.
La nieve va apareciendo, poco a poco, muy tímidamente va ganando espesor, hasta que llegó el ansiado momento. La pista ya tiene una buena capa de nieve, es hora de empezar el ritual: extendemos los bastones, nos ajustamos las raquetas, nos ponemos las gafas, y por último, el gorro y “la braga” cierran el ritual. Mientras tanto Saika, ajena a nuestro movimiento corre como loca por la nieve.
Estamos en la cara Norte de Brenas, de momento estamos protegidos del viento. Pero según vamos girando a la cara Sur, la cosa cambia. El viento del sur se hace sentir, con ráfagas que en ocasiones nos desequilibra, incluso en ocasiones nos hace casi caer.
Contemplar todas las cumbre nevadas, pisar la nieve todavía virgen, quedarse embobado mientras el viento levanta cortinas de nieve es suficiente motivo para aguantar el molesto viento y seguir adelante.
Hay mucha nieve, ahora calentada por el sol se vuelve blanda y nos obliga a esforzarnos más al avanzar, nos hundimos en algunos tramos hasta la rodilla, el sobreesfuerzo que supone abrir camino va pasando factura y las piernas se sobrecargan.
Avanzamos con la vista fijada en Porracolina, nubes de nieve son levantadas por el viento, no me imagino estar en la cima en estos momentos, seguro que salimos volando.
Pasado el mediodía, contemplando la costa y el Buciero decidimos volver, por hoy ya estamos satisfechos.
Volvemos por nuestros pasos, ahora es más fácil, el camino ya está abierto y avanzamos a mejor ritmo.
El día limpio y luminoso nos ofrece una vista excelente de la costa Cantábrica y de Santander, la novia del mar.
Bajamos cansados y muy satisfechos, deseando volver a subir.
Pero el clima se burla constantemente de nosotros, el viento sur y la subida de la temperatura seguramente hará que mañana desaparezca toda la nieve de Brenas…
Y Nosotros despertaremos dudando si el paseo invernal ha sido verdad o un lindo sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario