El año pasado, allá por el mes de marzo realizamos una de las rutas que más nos ha gustado: Cueto las Vacas desde Oceño. Fuimos unos cuantos a preparar la ruta y después de realizarla paramos en el bar que hay en Mildón, fue el dueño del bar el que nos habló del Saltu el Caleyu, una preciosa caída del río entre dos riscos.
Nos gustó tanto la zona que nos prometimos volver...
Ha pasado más de un año y hemos vuelto a la zona, esta vez con la primavera avanzada dispuestos a adentrarnos en los hayedos y robledales de la zona. En esta ocasión el recorrido va a ser diferente y vamos a iniciar la marcha por la garganta del río Mildón para después subir hasta la majada de Vierru, desde donde bajaremos por la riega de la dehesa en busca del Saltu.
Puede que penséis que soy un exagerado e incluso me tachéis de excesivo, pero no miento si os afirmo que el paraíso existe y que este se encuentra en estas sierras. Profundos desfiladeros, ríos que buscan su camino entre las rocas, cascadas de agua, amplios bosques, afilados riscos, majadas con verdes campas, murmullos de agua, paz, silencio....
Fueron nueve horas de ensueño, nos olvidamos del mundo y de sus problemas, solos, ilusionados como exploradores que se adentran en lo desconocido descubriendo tierras vírgenes, que más puedo decir, todavía sale humo de la cámara, demasiada belleza para ser plasmada en unos cientos de fotografías, lo mejor es acercarse y contemplar el paraje con ojos inquietos y deseosos de captar todos los detalles.
Nuestra pequeña aventura empieza en la carretera de subida a Oceño, la abandonamos en una de las curvas para llegar a la majada de Brazaos, asomada en el borde del desfiladero del río Mildón. Desde aquí parte una pequeña senda que serpentea por las faldas de Cueto Salvosu.
Poco a poco nos vamos acercando al río y le oímos como un susurro cada vez más fuerte, creo que nos llama: "Venid, Venid... y contemplad". Llegamos al origen del murmullo y la riega nos enseña sus secretos: discurrir de aguas, pequeñas pozas de aguas transparentes formadas en un lecho de rocas, árboles haciendo reverencias al agua curvando sus ramas hasta rozarla, como si a través de las hojas bebieran el rico elexir de la vida.
Seguimos río arriba por el margen izquierdo, buscando los pasos entre las rocas y la crecida vegetación. Llegamos a un pequeño puente fabricado con piedras superpuetas en dos maderos, que atravesaremos para cambiar de margen y subir por una pequeña senda que enseguida coge nivel entre hayas y robles. Salimos a un claro del bosque, cubierto de vigorosos helechos de gran altura. Desde aquí las vistas son impresionantes.
Nos acercamos al mediodía y no hemos visto un alma desde que hemos salido, es como si nos hubieramos adentrado en otro mundo o en otra dimensión distinta a la nuestra.
Tomamos un pequeño refrigerio y empezamos la parte más dura de la ruta, tenemos que subir por una de las riegas buscando el camino que lleva a la majada de Vierru. El subida se hace dura, acrecentada por la humedad y el calor reinante, aunque vamos subiendo entre hayas, la humedad es muy grande y la sensación de bochorno es tremenda. El bosque va cediendo terreno y al fin llegamos al camino que seguimos a la derecha en busca de un cercano collado. Buscamos un pequeño pico para ver el entorno y sacarnos la foto en el punto más alto de la ruta.
Tomamos un pequeño refrigerio y empezamos la parte más dura de la ruta, tenemos que subir por una de las riegas buscando el camino que lleva a la majada de Vierru. El subida se hace dura, acrecentada por la humedad y el calor reinante, aunque vamos subiendo entre hayas, la humedad es muy grande y la sensación de bochorno es tremenda. El bosque va cediendo terreno y al fin llegamos al camino que seguimos a la derecha en busca de un cercano collado. Buscamos un pequeño pico para ver el entorno y sacarnos la foto en el punto más alto de la ruta.
Desde aquí vemos las cabañas de la cercana majada de Vierru, allí nos vamos para dar descanso a nuestros pies y reponer fuerzas con la comida. Aquí fue donde nos encontramos con una pareja que subían desde la Pernal y compartieron lugar de avituallamiento con nosotros. Después de saciar el hambre con una hermosa y florida campa a nuestros pies, era dificil no dejarse caer en los brazos de Morfeo...
Nos apena dejar esta florida campa, pero tenemos que seguir nuestro camino, nos queda la última maravilla de la ruta: El Saltu del Caleyu. Pronto dejamos la Majada y nos adentramos de nuevo entre los robles y las hayas, por el camino cruzamos otra riega y vemos un gran argayo que ha cambiado la fisonomía de la riega, llevándose a su paso devastador a los sufridos árboles, dando la apariencia de una gran cantera sin vegetación. Seguimos nuestro camino y pasamos un par de cascadas de agua, el bosque se vuelve más frondoso y los rayos de sol luchan por llegar al suelo. Un poco antes de llegar a la Pernal, hay una pequeña senda que baja por detras del Saltu, llegamos hasta abajo de la riega buscando el lugar por donde pasar al otro lado de la roca para contempar el Saltu, pero no había manera, Javi por un lado, Yo por otro , Pili y Ana por otro más, pero nada de nada no acertamos a encontrar el paso, el tiempo se echa encima y hay que abandonar la tarea. Decepcionados empezamos a subir de nuevo, ¡Que pesado se hace desandar lo andado sin cumplir el objetivo!.
Cruzamos la Pernal y abandonamos la pista para bajar hasta los coches que están cerca de la riega, tenemos la esperanza de ver el Saltu aunque sea de lejos. Pero el Saltu juguetón se empeñaba en no dejarse mostrar, unas cuantas veces nos acercamos para buscarlo entre la vegetación, pero una y otra vez el Saltu se escondía, supongo que la vegetación circundante lo ha tapado y los árboles ahora están muy frondosos. Creo que no nos deja verlo, escondiendo así su secreto.
Nos faltó comernos la guínda del pastel, pero tengo que reconocer que el Saltu del Caleyu es precioso, sin embargo solo es una pequeña parte de lo que hoy hemos visto en estas sierras.
Dicen que no hay dos sin tres, y nosotros voveremos a seguir descubriendo esta porción del cercano paraíso asturiano.
Esta es una de esas ocasiones en que creo que las fotos se quedan cortas y no plasman la tremenda belleza y la magnitud del lugar, aún así espero que os gusten.
¡Precaución!,Tened en cuenta que el tramo del track que baja al Salto Caleyu desde la Pernal no llega hasta la base del mismo, ya que no encontramos el paso.
Cruzamos la Pernal y abandonamos la pista para bajar hasta los coches que están cerca de la riega, tenemos la esperanza de ver el Saltu aunque sea de lejos. Pero el Saltu juguetón se empeñaba en no dejarse mostrar, unas cuantas veces nos acercamos para buscarlo entre la vegetación, pero una y otra vez el Saltu se escondía, supongo que la vegetación circundante lo ha tapado y los árboles ahora están muy frondosos. Creo que no nos deja verlo, escondiendo así su secreto.
Nos faltó comernos la guínda del pastel, pero tengo que reconocer que el Saltu del Caleyu es precioso, sin embargo solo es una pequeña parte de lo que hoy hemos visto en estas sierras.
Dicen que no hay dos sin tres, y nosotros voveremos a seguir descubriendo esta porción del cercano paraíso asturiano.
Esta es una de esas ocasiones en que creo que las fotos se quedan cortas y no plasman la tremenda belleza y la magnitud del lugar, aún así espero que os gusten.
¡Precaución!,Tened en cuenta que el tramo del track que baja al Salto Caleyu desde la Pernal no llega hasta la base del mismo, ya que no encontramos el paso.
Como siempre tus fotos son preciosas. Pili V
ResponderEliminarPreciosa entrada y preciosas las fotos!! :))
ResponderEliminarLlevo apenas un día fuera de la tierruca y ya tengo ganas de volver a pisar esos praos. :,(
[PS] Mucho calor por los Madriles.
Javi.
Aprovecha a tomar una buena cerveza en jarra helada, ¡¡uuuhhh que rica!!,cuanto se echa de menos, allí con el calor apetece más.
ResponderEliminarQue "explosión" de paisajes verdes.
ResponderEliminarQue bonito.
Que pena no estar por allí en este momento..
Saludos RAHY
Hemos estado un grupo este fin de semana por Asturias y genial, excepto en Mildón, más concretamente el dueño del bar Mildón, que nos amenazó con que sacaba el hacha del coche y nos cortaba las cabezas por aparcar en el aparcamiento al lado del bar que según él era privado y no estaba señalizado. Así que...os recomiendo Asturias, pero NO EL BAR MILDÓN. BOICOT!!
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