Después de la Semana Santa tan pasada por agua y con tan poca actividad rutera, el cuerpo pide marcha, como además este fin de semana ha sido soleado y con buenas temperaturas hay que aprovechar y volver a la Liébana.
La ruta parte de El Allende, barrio de la localidad de Lebeña. Con un día espléndido y caluroso empezamos a subir en dirección a la canal de Cueto Agero, pico que ofrece en la cara sur una de las mejores zonas de escalada de Cantabria.
Poco a poco vamos subiendo y accedemos a la canal, aquí el desnivel se acentúa pero el camino es bueno y bien marcado. Una vez superada la canal, dejamos las mochilas e iniciamos la trepada al Cueto Agero, posiblemente el momento más divertido de la ruta, saltando cual cabritillas de piedra en piedra hasta llegar a la cumbre. Desde la cumbre las vistas son de impresión, una caída vertical de vértigo (unos 300 m.), más abajo el pueblo de Lebeña y en frente Peña Ventosa; después de sacarnos la foto y de disfrutar con las vistas, el cuerpo nos sigue pidiendo más y ahora es el turno de el Cueto de la Jontaniella y allí nos dirigimos.
El calor aprieta, se acerca el mediodía y Saika empieza a buscar las sombras improvisadas que le ofrecen Pili y Yaiza.
La subida se torna más dura y pesada, el sol hace mella y poco a poco vamos acabando con el agua. Un punto geodésico nos señala el final de la ascensión (1352 m.), momento en que aprovechamos para comer algo y saciar la sed, un poco más adelante Saika se refresca en el resto de un nevero.
Nos toca bajar por la dura canal hasta Bejes, dejamos a nuestra izquierda a Cueto Fontanilla y descendemos en dirección a el collado de las Pandillas, lugar donde descansaremos y comeremos con vistas a Bejes.
Sin agua en las cantimploras nos dirigimos a Bejes a ver si podemos saciar la sed y tomar algo fresco. Bajamos por el barrio de La Quintana, y la pequeña cuesta hasta llegar a Bejes se hace interminable el calor y la sed se acentúan, menos mal que en el albergue nos dieron unas latas frías y en la cercana fuente pudimos de nuevo llenar las cantimploras, sino la vuelta hubiera sido infernal.
Satisfechos nos dirigimos al collado Pelea en dirección a Cabañes, todavía nos quedaban fuerzas para subirlo a un buen ritmo, pese a que la cuesta parecía interminable, en menos de una hora llegamos al paso del collado para descender por una pista que sale a la izquierda y que nos llevó de nuevo a el barrio de El Allende.
Esta claro que nos resarcimos de la semana santa, la ruta tiene un recorrido aproximado de 17 kms. y un desnivel acumulado de más de 1800 mts es una ruta exigente pero muy bonita, para hacerla con buen tiempo, se pisa mucha roca y mojada se torna muy peligrosa.
Ahora ya podemos ir en paz para casa, donde llegamos cansados y satisfechos.
La ruta parte de El Allende, barrio de la localidad de Lebeña. Con un día espléndido y caluroso empezamos a subir en dirección a la canal de Cueto Agero, pico que ofrece en la cara sur una de las mejores zonas de escalada de Cantabria.
Poco a poco vamos subiendo y accedemos a la canal, aquí el desnivel se acentúa pero el camino es bueno y bien marcado. Una vez superada la canal, dejamos las mochilas e iniciamos la trepada al Cueto Agero, posiblemente el momento más divertido de la ruta, saltando cual cabritillas de piedra en piedra hasta llegar a la cumbre. Desde la cumbre las vistas son de impresión, una caída vertical de vértigo (unos 300 m.), más abajo el pueblo de Lebeña y en frente Peña Ventosa; después de sacarnos la foto y de disfrutar con las vistas, el cuerpo nos sigue pidiendo más y ahora es el turno de el Cueto de la Jontaniella y allí nos dirigimos.
El calor aprieta, se acerca el mediodía y Saika empieza a buscar las sombras improvisadas que le ofrecen Pili y Yaiza.
La subida se torna más dura y pesada, el sol hace mella y poco a poco vamos acabando con el agua. Un punto geodésico nos señala el final de la ascensión (1352 m.), momento en que aprovechamos para comer algo y saciar la sed, un poco más adelante Saika se refresca en el resto de un nevero.
Nos toca bajar por la dura canal hasta Bejes, dejamos a nuestra izquierda a Cueto Fontanilla y descendemos en dirección a el collado de las Pandillas, lugar donde descansaremos y comeremos con vistas a Bejes.
Sin agua en las cantimploras nos dirigimos a Bejes a ver si podemos saciar la sed y tomar algo fresco. Bajamos por el barrio de La Quintana, y la pequeña cuesta hasta llegar a Bejes se hace interminable el calor y la sed se acentúan, menos mal que en el albergue nos dieron unas latas frías y en la cercana fuente pudimos de nuevo llenar las cantimploras, sino la vuelta hubiera sido infernal.
Satisfechos nos dirigimos al collado Pelea en dirección a Cabañes, todavía nos quedaban fuerzas para subirlo a un buen ritmo, pese a que la cuesta parecía interminable, en menos de una hora llegamos al paso del collado para descender por una pista que sale a la izquierda y que nos llevó de nuevo a el barrio de El Allende.
Esta claro que nos resarcimos de la semana santa, la ruta tiene un recorrido aproximado de 17 kms. y un desnivel acumulado de más de 1800 mts es una ruta exigente pero muy bonita, para hacerla con buen tiempo, se pisa mucha roca y mojada se torna muy peligrosa.
Ahora ya podemos ir en paz para casa, donde llegamos cansados y satisfechos.
Je, je, creo que todos necesitábamos desfogarnos un poco.
ResponderEliminarHizo calor, parecía verano. Es el primer aviso para empezar a llevar el 2º bote de agua.
Javi.