miércoles, 7 de abril de 2010

Estacas de Truebas, en el reino de las nubes. (21-03-2010)




Nuestra primera intención era realizar una ruta invernal con raquetas por la zona de Estacas de Trueba, pero el sur es implacable y se llevó de nuevo la nieve...

El día amanece nublado, abandonamos la idea de las raquetas, sin embargo no cejamos en el deseo de dirigimos al encuentro del paso entre Vega de Pas y Espinosa de los Monteros. El camino hasta Vega de Pas sin problemas solo un poco de niebla en el alto de la Braguía. Vamos subiendo el puerto de Estacas de Trueba y poco a poco nos vamos adentrando en el reino de la lluvia y de las nieblas perpetuas. Los frentes atlánticos se ven frenados por la cordillera cantábrica donde vierten su preciado tesoro en forma de lluvia, nieve o granizo, y en las alturas de esta zona pasiega las nubes parecen encontrarse como en casa y se quedan muy agustito mojando la hierba y fabricando miles de riachuelos.

Aquí el tiempo se mide de otra manera, no hay horas, minutos ni segundos, solo hay amaneceres y atardeceres, pero cuando la niebla inunda el lugar solo hay luz o tinieblas.
Dejamos los coches y avanzamos por la carretera hasta abandonarla por el puente de Gostelario, la niebla nos moja y los paisajes quedan escondidos abrazados por las nubes que lo tapa todo, la primavera va avanzando y los anfibios están con sus tareas de preservar la especie y de llenar las charcas de huevos.


Seguimos nuestro camino dejando atrás a tan frenética actividad y subimos al Cotero los lobos para después bajar a la colladía de la Hormaza, aquí oímos el sonido del agua al caer por las rocas, se trata del río Engaña, pero en el reino de las nubes el oído suple a la vista y tenemos que cerrar los ojos para imaginarnos su curso. Seguimos nuestro caminar entre los neveros hasta llegar a las cabañas de la Marruya.

Descansamos y reponemos fuerzas en una de las cabañas resguardados de la lluvia.
Después de comer comenzamos a desandar lo andado, y ya casi al final cuando llegamos a los coches, aparece el cielo azul entre la niebla y cuando vemos aparecer la figura del Castro Valnera, vuelven las nubes juguetonas a taparlo, todo ha sido una ilusión o quizás una burla macabra de las nubes, al final la niebla lo vuelve a envolver todo.

Así son las nubes, ellas mandan y se burlan de nosotros, unas veces avanzan juguetonas en una carrera loca entre las montañas y otras veces se abrazan a ellas estableciendo su reino. Y a nosotros los mortales no nos queda más remedio que rendirles nuestro respeto y abandonar sus dominios hasta otra ocasión.
  1. Fotos de la Ruta.
  2. Track de la Ruta.

1 comentario:

  1. Hola familia,

    Por los comentarios y las fotos veo que no nos perdimos gran cosa. :(

    Ya tengo ganas que entre la primavera, y con ella un poquito de buen tiempo ... je, je, supongo que vosotros estaréis igual de ansiosos. ;)

    Saludos,
    Javi.

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